Es muy común que a la gente le guste la música y que pueda confundir esa goce sublime que tiene al disfrutarla con el hecho de hacer de ella su profesión, y es más fácil confundirse cuando se tiene cierta facilidad y por ello quizá se pueda cantar o tocar algún instrumento. Sobre todo cuando se piensa que todo debe ser un divertido viaje, con grandes emociones, excesos y fiestas; o como quienes dicen que quieren ser músicos porque no quieren saber nada de matemáticas, lo cual resulta absurdo y no porque realmente haya muchas o de un nivel muy elevado, pero lo cierto es que algunas de las materias requieren el uso de esa zona del cerebro en donde se procesa precisamente el razonamiento abstracto.
La música es una profesión muy completa (y compleja), en la que ciertamente se requiere una habilidad intelectual no solo para comprender sus conceptos, sino por lo que acabamos de mencionar sobre el razonamiento abstracto (armonía, contrapunto, análisis, por ejemplo); pero también se requiere de una habilidad psicomotriz para producir música mediante movimientos mecánicos debidamente entrenados... y eso nos lleva a otro factor importante: la disciplina, sin la cual difícilmente se obtienen resultados pues con ella entrenamos la memoria (no solo de datos, también las que llamamos muscular y auditiva) y mantenemos su "vocabulario". El desarrollo de un oído de alto rendimiento también es muy necesario, y resulta complicado por lo abstracto del tema en sí que incluye además métodos indirectos para trabajarlo y evaluarlo (como la entonación por ejemplo) en donde el factor psicológico está presente en gran medida.
Además esta la sensibilidad, pues ante todo la música es un arte y por ello un medio de expresión, y no sirve de mucho tener a un hábil e inteligente músico (ejecutante o compositor) que no sea capás de plasmar en su arte o de transmitir a quienes lo escuchan las emociones adecuadas (y créanme que existen muchos casos).
Un amigo siempre decía "no es lo mismo que te encante el mango a que seas agricultor", y en este caso, eso aplica perfectamente, ya que la música requiere de mucho esfuerzo, mucho sacrificio y sobre todo de ciertos "compromisos".
El primer compromiso es con la música, con el arte; es lo que comúnmente llamamos "PASIÓN". Cuando te conectas con algo que realmente es lo tuyo, no hay nada que esté por encima de esa actividad. Puedes tener muchos intereses, pero si hay algo que siempre te distraiga o aleje de la música, quizá deberías revisar tus prioridades.
El segundo compromiso es con uno mismo, y se llama "DISCIPLINA". Ya mencionamos su importancia líneas arriba, solo diré que puede verse afectada tanto por malos hábitos de estudio como por un conflicto con el primer compromiso.
El tercer compromiso es con los demás, con la gente con la que tenemos que trabajar (maestros, colegas, clientes, etc.), y tiene que ver con la "responsabilidad" y el "profesionalismo", y si tuviera que describirlo con una sola palabra, esta sería "ÉTICA".
Quien no sea capás de asumir estos 3 compromisos, no puede pretender ser un "músico profesional", y se requieren al menos los primeros dos para poder ser simplemente "músico".
Yo sé que muchos familiares y amigos no respetan nuestra decisión de dedicarnos a la música ni les parece seria, pero yo los retaría a todos ellos a que trataran de mantenerse un mes haciendo productivamente lo que hacemos los músicos... les aseguro que no aguantarían ni una semana, pues la música es una de las actividades más demandantes que hay, y miren que yo antes de dedicarme a la música (estudiar y ejercer) estudié una carrera científica, así que no se me asusta fácilmente cuando se trata de carreras difíciles jeje.
Mediten todo esto. Si la música es su pasión, luchen por ella y no se detengan por nada, asumiendo los 3 compromisos; pero si no lo es, no se engañen y mejor síganla disfrutando como un hobbie o una catarsis o como lo que sea que represente en su vida.
Hasta pronto :-)
...
PD: Si te interesa leer algo sobre el compromiso social que conlleva el proceso de creación, te sugiero que revises los "Blogs de Composición '07" en la entrada del mes de Mayo ("El compromio social de la composición").
La música es una profesión muy completa (y compleja), en la que ciertamente se requiere una habilidad intelectual no solo para comprender sus conceptos, sino por lo que acabamos de mencionar sobre el razonamiento abstracto (armonía, contrapunto, análisis, por ejemplo); pero también se requiere de una habilidad psicomotriz para producir música mediante movimientos mecánicos debidamente entrenados... y eso nos lleva a otro factor importante: la disciplina, sin la cual difícilmente se obtienen resultados pues con ella entrenamos la memoria (no solo de datos, también las que llamamos muscular y auditiva) y mantenemos su "vocabulario". El desarrollo de un oído de alto rendimiento también es muy necesario, y resulta complicado por lo abstracto del tema en sí que incluye además métodos indirectos para trabajarlo y evaluarlo (como la entonación por ejemplo) en donde el factor psicológico está presente en gran medida.
Además esta la sensibilidad, pues ante todo la música es un arte y por ello un medio de expresión, y no sirve de mucho tener a un hábil e inteligente músico (ejecutante o compositor) que no sea capás de plasmar en su arte o de transmitir a quienes lo escuchan las emociones adecuadas (y créanme que existen muchos casos).
Un amigo siempre decía "no es lo mismo que te encante el mango a que seas agricultor", y en este caso, eso aplica perfectamente, ya que la música requiere de mucho esfuerzo, mucho sacrificio y sobre todo de ciertos "compromisos".
El primer compromiso es con la música, con el arte; es lo que comúnmente llamamos "PASIÓN". Cuando te conectas con algo que realmente es lo tuyo, no hay nada que esté por encima de esa actividad. Puedes tener muchos intereses, pero si hay algo que siempre te distraiga o aleje de la música, quizá deberías revisar tus prioridades.
El segundo compromiso es con uno mismo, y se llama "DISCIPLINA". Ya mencionamos su importancia líneas arriba, solo diré que puede verse afectada tanto por malos hábitos de estudio como por un conflicto con el primer compromiso.
El tercer compromiso es con los demás, con la gente con la que tenemos que trabajar (maestros, colegas, clientes, etc.), y tiene que ver con la "responsabilidad" y el "profesionalismo", y si tuviera que describirlo con una sola palabra, esta sería "ÉTICA".
Quien no sea capás de asumir estos 3 compromisos, no puede pretender ser un "músico profesional", y se requieren al menos los primeros dos para poder ser simplemente "músico".
Yo sé que muchos familiares y amigos no respetan nuestra decisión de dedicarnos a la música ni les parece seria, pero yo los retaría a todos ellos a que trataran de mantenerse un mes haciendo productivamente lo que hacemos los músicos... les aseguro que no aguantarían ni una semana, pues la música es una de las actividades más demandantes que hay, y miren que yo antes de dedicarme a la música (estudiar y ejercer) estudié una carrera científica, así que no se me asusta fácilmente cuando se trata de carreras difíciles jeje.
Mediten todo esto. Si la música es su pasión, luchen por ella y no se detengan por nada, asumiendo los 3 compromisos; pero si no lo es, no se engañen y mejor síganla disfrutando como un hobbie o una catarsis o como lo que sea que represente en su vida.
Hasta pronto :-)
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PD: Si te interesa leer algo sobre el compromiso social que conlleva el proceso de creación, te sugiero que revises los "Blogs de Composición '07" en la entrada del mes de Mayo ("El compromio social de la composición").