Es común que cuando uno comienza a hacer su propia música utilice la frase "hoy no estoy inspirado".
Esto puede aplicar para alguien que compone música como pasatiempo, o de manera no profesional, o incluso profesionalmente, pero que no tuvo una (correcta) formación en la materia.
Cuando me dedicaba a hacer música para medios, frecuentemente me llamaban a las 7-8 de la noche para pedirme algo que debía entregar a las 9-10 de la mañana del día siguiente, y ni modo de decirle al cliente "lo siento pero hoy no estoy inspirado, además hay luna nueva y el cielo no está despejado por lo que no habrá estrellas esta noche". Al cliente le importa poco si terminaste una relación o si estás enfermo; la pregunta es si puedes hacerlo o no, y en caso de aceptar, había que cumplir y estar ahí al día siguiente con lo que uno se comprometió o al menos con los avances para que se tomen decisiones y se pueda terminar el trabajo.
En un par de ocasiones sí me sucedió que tenía la cabeza seca pero en serio, y tuve que llegar con cosas que no me convencían y la cara de vergüenza al reproducirlas jeje. Si para las 3 de la mañana no estaba empezando a mezclar, estaba en problemas. Pero por lo general siempre tuve el trabajo listo. ¿Cómo es posible eso?...
La respuesta es simple: además de que desde niño demostré tener aptitudes para componer (y descomponer jaja), llevo años componiendo y arreglando diversas cosas por trabajo, por estudio, o por dejar salir lo que quiero expresar; pero sobre todo, tuve una formación como "Compositor" que incluía desarrollo motívico, análisis, instrumentación, arreglo, y por supuesto armonía, contrapunto y ciertas técnicas específicas de composición.
Cuando te dedicas a componer (y arreglar) durante mucho tiempo, aplicando lo que vas aprendiendo, experimentando, analizando para entender qué hace y cómo lo hace cierta gente, comienzas a desarrollar un manejo intuitivo, espontáneo, de todos esos recursos. ESO ES EL OFICIO.
La inspiración es el momento en el que la Musa coquetea con nosotros y nos deja una idea para que después la terminemos mediante ese "oficio de compositor".
Es posible componer por puro oficio, pero también es cierto que muchas veces eso lleva a resultados fríos, mecánicos, inexpresivos; pero por otra parte, quien pretende componer sólo por inspiración, es como si esperara que la Musa terminara su música por ellos para simplemente estamparle su firma... lo cual además es un proceso bastante lento.
Cuando juntamos una idea brillante con un buen trabajo de desarrollo y/o arreglo, tenemos una obra maestra.
Como todo en la vida, la composición requiere mucho esfuerzo y dedicación; mucha pasión y compromiso... y como en la vida, los frutos llegan sólo después del amor ;-)
Hasta pronto.
Esto puede aplicar para alguien que compone música como pasatiempo, o de manera no profesional, o incluso profesionalmente, pero que no tuvo una (correcta) formación en la materia.
Cuando me dedicaba a hacer música para medios, frecuentemente me llamaban a las 7-8 de la noche para pedirme algo que debía entregar a las 9-10 de la mañana del día siguiente, y ni modo de decirle al cliente "lo siento pero hoy no estoy inspirado, además hay luna nueva y el cielo no está despejado por lo que no habrá estrellas esta noche". Al cliente le importa poco si terminaste una relación o si estás enfermo; la pregunta es si puedes hacerlo o no, y en caso de aceptar, había que cumplir y estar ahí al día siguiente con lo que uno se comprometió o al menos con los avances para que se tomen decisiones y se pueda terminar el trabajo.
En un par de ocasiones sí me sucedió que tenía la cabeza seca pero en serio, y tuve que llegar con cosas que no me convencían y la cara de vergüenza al reproducirlas jeje. Si para las 3 de la mañana no estaba empezando a mezclar, estaba en problemas. Pero por lo general siempre tuve el trabajo listo. ¿Cómo es posible eso?...
La respuesta es simple: además de que desde niño demostré tener aptitudes para componer (y descomponer jaja), llevo años componiendo y arreglando diversas cosas por trabajo, por estudio, o por dejar salir lo que quiero expresar; pero sobre todo, tuve una formación como "Compositor" que incluía desarrollo motívico, análisis, instrumentación, arreglo, y por supuesto armonía, contrapunto y ciertas técnicas específicas de composición.
Cuando te dedicas a componer (y arreglar) durante mucho tiempo, aplicando lo que vas aprendiendo, experimentando, analizando para entender qué hace y cómo lo hace cierta gente, comienzas a desarrollar un manejo intuitivo, espontáneo, de todos esos recursos. ESO ES EL OFICIO.
La inspiración es el momento en el que la Musa coquetea con nosotros y nos deja una idea para que después la terminemos mediante ese "oficio de compositor".
Es posible componer por puro oficio, pero también es cierto que muchas veces eso lleva a resultados fríos, mecánicos, inexpresivos; pero por otra parte, quien pretende componer sólo por inspiración, es como si esperara que la Musa terminara su música por ellos para simplemente estamparle su firma... lo cual además es un proceso bastante lento.
Cuando juntamos una idea brillante con un buen trabajo de desarrollo y/o arreglo, tenemos una obra maestra.
Como todo en la vida, la composición requiere mucho esfuerzo y dedicación; mucha pasión y compromiso... y como en la vida, los frutos llegan sólo después del amor ;-)
Hasta pronto.