En su origen la música ha cumplido siempre alguna
función para la comunidad en la que se crea y desarrolla: ritual, ceremonial,
festiva, o bien para el esparcimiento, la gente podía comsumirla y apreciarla.
El arte en general tuvo un desarrollo de
perfeccionamiento técnico y evolución académica, alcanzando su clímax del
Renacimiento al Clasicismo. Pero ¿qué sucedió después de eso?
A partir del Romanticismo se puede observar una
reacción ante los cánones legados por la tradición que, poco a poco, fue
alejándose de ese ideal clásico de perfección y belleza, hasta llegar en el sXX
al llamado arte contemporáneo, el cual resulta incomprensible y poco placentero
para las mayorías.
Vamos a comprender primero cómo se llegó a esa
concepción del arte. Como se mencionó antes, no fue algo que sucediera de la
noche a la mañana, sino que fue una tendencia que finalmente alcanzó su
objetivo, que en el caso de la música consistió en la disolución de la
tonalidad, y el tiro de gracia lo dió Arnold Schönberg con su dodecafonismo.
Pero me parece importante aclarar que la gente que
hizo esto no era improvisada ni ignorante o inculta, al contrario, eran
artistas que dominaban la técnica clásica, y eso lo podemos constatar, pues así
como Picasso era un gran pintor antes de desarrollar el Cubismo, Schönberg nos dejó excelentes tratados en sus libros de Armonía
y Composición. Es como si se hubieran aburrido o fastidiado de la tradición y
hubieran desarrollado una propuesta personal para expresar sus necesidades
creativas.
Ahora, si bien es cierto que la música clásica
contemporánea parece grotezca para los no iniciados en sus misterios, hay que
conocer sus historias para entender el contexto ideológico.
El compositor Olivier Messiaen fue cautivo en un
campo de concentración nazi para prisioneros de guerra (Stalag VIII-A). Ahí
compuso su célebre "Cuarteto para el fin de los tiempos", para Clarinete (Bb), Violín, Cello y Piano, interpretado
junto con otros prisioneros. Si el ambiente no fuera suficiente para comprender
el carácter de la obra, hay que tener en cuenta que los instrumentos no estaban
en buenas condiciones (la disonancia de inicio parece provenir por parte de
detalles técnicos), y finalmente debemos considerar la inspiración que motivó a
Messiaen para desarrollar la obra: Rev 10:1-2,5-7 (Revelations o libro del Apocalipsis).
La siguiente generación de compositores, los
contemporáneos con capital ideológica en Dresde, si bien no vivieron en un
campo de concentración, si vivieron la segunda guerra mundial en casa, y quizá
no sabían bien lo que querían, pero era seguro que querían romper con la
tradición que los llevó a los horrores que sobrevivieron. Y así empezó a
desarrollarse una música elitista que se alejó definitivamente del gusto
popular. Su lógica y su estética no son fáciles de asimilar, aún con
conocimientos musicales.
Sin embargo, también la música popular contemporánea
pasa por un movimiento similar, volviéndose menos visceral y más cerebral.
Un argumento interesante lo podemos rescatar de la
Astrología, en donde se divide el tiempo en eras astrológicas de 2,100 años. De
acuerdo con eso, la era anterior era la de Piscis, que entre sus
características estaban el "creer" , el "sentir" , y el
desarrollo del arte como catarsis, es decir, la exaltación de los placeres por
medio de la emoción estética. En cambio, la nueva era de Acuario es más
intelectual e impersonal; ahora se busca "saber" y
"comunicar".
Se puede apreciar complejidad en todos los elementos
de la música (ritmo, melodía, armonía,
estructura, además de composición y arreglos); énfasis en el exhibicionismo y el concepto (el espectáculo,
la imagen, las ideas extramusicales); incluso la popularidad es más importante que la calidad musical...
Y esto último nos lleva a un punto importante.
Bajo la excusa de la incomprensión conceptual, y con
la ayuda de las consecuencias de la globalización, la música contemporánea, en
general, se ha convertido en refugio para pseudoartistas que carecen de técnica
o fundamentos teóricos, y producen ‘arte’, en el sentido del ejercicio de la
libertad de expresión, de un bajo nivel de creación, pero lamentablemente
confunden al público indocto que juzga por igual no sólo a la música, sino a
todo el arte contemporáneo.
Para empeorar aún más esta situación, muchas
academias tradicionales han roto su vínculo con esta corriente cultural, lo
cual me parece grave porque abren el camino para más pseudoartistas, y dejan
aislados a los artistas académicos que sí gustan, promueven y desarrollan el
arte contemporáneo, con técnica y sustento teórico tanto específico de la
materia como de cultura general.
Retomando el concepto de las eras astrológicas,
considero que el gran reto del Arte en la era de Acuario consiste en
desarrollar sus nuevas características pero sin olvidar los avances que legó la
era anterior, ya que de esa manera se pueden lograr obras integrales, más
completas (y complejas), y por lo tanto, de un mayor nivel de creación.